El 19 de octubre de 2024, Nápoles fue escenario de una manifestación masiva en rechazo a la cumbre del G7 de Defensa. Los manifestantes, compuestos por colectivos sociales, sindicales y activistas pacifistas, alzaron su voz contra lo que consideran políticas belicistas y el aumento del gasto militar. Esta protesta refleja no solo un descontento local, sino también una resistencia global contra la creciente militarización y las intervenciones internacionales impulsadas por las potencias del G7.
La cumbre es celebrada del 18 al 20 de octubre, por los países: Italia, Canadá, Francia, Alemania, Japón, Reino Unido Y los Estados Unidos.
El impacto de los conflictos actuales no solo se percibe en los países directamente involucrados, sino que en toda Europa, las tensiones también se sienten. Un residente en Italia refleja este ambiente de incertidumbre ante la pregunta ¿Cómo estás?: “Yo bien, amigo, pero la guerra aquí se expande. Y Europa no está muy bien”. Estas palabras capturan el desasosiego que muchos ciudadanos europeos enfrentan mientras observan cómo los conflictos en otras regiones afectan la estabilidad en el continente, justo cuando el invierno está de vuelta. Este contexto añade una capa de incertidumbre, ya que el invierno trae consigo no solo desafíos climáticos, sino también preocupaciones sobre la seguridad energética y el aumento de los costos de vida, agravados por las tensiones geopolíticas y los conflictos cercanos.
Contexto de la protesta
Durante el fin de semana del 19 de octubre, Nápoles se convirtió en el epicentro de una serie de manifestaciones que tenían como principal objetivo denunciar el encuentro del G7 de Defensa. La ciudad, conocida por su historia de resistencia, lucha y tradición fue el lugar donde miles de personas se reunieron para exigir que los recursos públicos se destinen a necesidades sociales y no al fortalecimiento de la maquinaria militar.
Los organizadores de la protesta, que incluyeron a sindicatos, colectivos estudiantiles, activistas medioambientales y grupos pacifistas, expresaron su preocupación por las decisiones que se tomarían en la cumbre, las cuales afectan la política de defensa y seguridad en Europa y el resto del mundo. Entre los principales puntos de discordia se encuentran la carrera armamentística, las intervenciones militares y el impacto social de la militarización, que desvía fondos de servicios esenciales como la salud, la educación y el medio ambiente.
Rechazo a la militarización y gasto militar
Uno de los ejes centrales de la protesta fue la crítica al aumento del gasto militar entre los países miembros del G7, que incluyen a las principales potencias económicas mundiales. Según informes de la OTAN y el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gasto militar global ha alcanzado niveles históricos en los últimos años (sobrepasa $2.4 trillones, presupuestados en el conflicto Rusia–Ucraine y sus tensiones). Los manifestantes en Nápoles argumentaron que este incremento se da en detrimento de la inversión en áreas sociales cruciales, lo que exacerba las desigualdades globales.
Las expresiones durante la marcha reflejaban la oposición a lo que consideraban una política exterior belicista. -Più salute, meno armi- “Más salud, menos armas” y -No alla guerra, sì alla pace- “No a la guerra, sí a la paz” resonaban en las calles del centro de Nápoles, mientras los manifestantes exigían que los recursos se redirigieran hacia el bienestar social, en un contexto marcado por la crisis climática y las secuelas de la pandemia del COVID-19.
Reacciones locales e internacionales
Mientras que la cumbre del G7 se desarrollaba con un fuerte operativo de seguridad, las autoridades locales de Nápoles intentaron minimizar el impacto de las manifestaciones en el evento. Sin embargo, figuras políticas y académicas italianas se unieron a las críticas, destacando que las decisiones tomadas en esta cumbre tendrán repercusiones a nivel global.
La movilización en Nápoles no fue un hecho aislado, sino parte de una tendencia más amplia de rechazo a las políticas neoliberales y militaristas que se vienen observando en Europa y América Latina. En Italia, país que ha experimentado una creciente polarización política, esta protesta también debe ser entendida en el marco de las tensiones internas sobre el gasto público y las políticas migratorias, dos temas en los que el gobierno italiano y la sociedad han adoptado posiciones firmes y comúnmente distintas.
Esta tarde, los líderes del G7 condenaron la escalada de tensiones tanto en Oriente Medio como en Ucrania. A la vez, reafirmaron su apoyo firme a Ucrania, tras casi tres años de conflicto. Las previsiones a corto plazo para la seguridad mundial “no son positivas”, según indicó Guido Crosetto, miembro del partido Fratelli d’Italia, quien destacó que las tensiones están impulsadas por un choque entre “dos visiones del mundo diferentes, quizá incompatibles” EuroNews.
El impacto en la política global
El G7 de Defensa se centró en la coordinación militar entre las principales potencias y la seguridad global en un contexto de tensiones geopolíticas crecientes, desde la guerra en Ucrania hasta las disputas en el Indo-Pacífico. La manifestación en Nápoles pone de relieve el desacuerdo de una parte significativa de la ciudadanía mundial ante estas políticas, al tiempo que refuerza la importancia de los movimientos sociales en la resistencia contra la militarización y la intervención extranjera.
Como se ha señalado en otros foros internacionales, la creciente militarización está contribuyendo a un aumento de los conflictos armados y desplazamientos forzados, lo que añade presión a los ya frágiles sistemas de refugio y protección humanitaria. Los manifestantes en Nápoles denunciaron esta dinámica, exigiendo un enfoque más humanitario y pacífico en la política exterior de las grandes potencias.
La necesidad de alternativas pacíficas
La protesta en Nápoles es una muestra clara de que la resistencia global permanente a las políticas militares sigue viva. No se olvida el G8 en Génova. Movimientos como este son fundamentales para cuestionar las prioridades gubernamentales y abogar por soluciones pacíficas a los conflictos internacionales. En un mundo donde los presupuestos de defensa aumentan mientras millones sufren por falta de acceso a recursos básicos, estas manifestaciones ponen de relieve la urgencia de replantear las políticas de seguridad y defensa para priorizar la vida y el bienestar social.
Referencias:
- Global Project. (2024). Napoli: manifestazione contro il G7 della difesa. Recuperado de https://www.globalproject.info/it/in_movimento/napoli-manifestazione-contro-il-g7-della-difesa/25103
- SIPRI. (2024). Global military expenditure rises to record levels. Stockholm International Peace Research Institute. https://www.sipri.org/yearbook/2024/05
- EuroNews. (2024). Los líderes del G7 condenan la escalada de tensión en Oriente Medio y Ucrania. https://es.euronews.com/my-europe/2024/10/19/los-lideres-del-g7-condenan-la-escalada-de-tension-en-oriente-medio-y-ucrania